Siempre en el proceso de creación, se requiere poner nombres a los nuevos objetos creados. No es tarea fácil, incluso hay profesionales dedicados a ello. De su labor depende el éxito o fracaso de muchos productos. Me viene a la mente uno en concreto, el cual, lo siento pero no recuerdo el nombre, que ha hecho de ello su modo de vida. Consiguió que las visitas a un parque temático, al borde de su cierre, se multiplicaran con sólo cambiar su denominación por algo más comercial. Melocotón con regaliz es un sabor sugerente, sorprendente y gustoso... mmmmmmm. ¿Quién no ha probado comerse después de un buen regaliz negro (también valen pastillas Juanola...) un melocotón?, ...quizás poca gente. Ese es un recuerdo de infancia, solía hacerlo porque me encantaba. Con los años una olvida algunos sencillos placeres.
Cierto libro de Rosa Montero, leído hace mucho tiempo... habla de como las experiencias sirven para nombrar nuevos objetos, incluso poner nombre propio a las personas. Su protagonista recibía el nombre, por el recuerdo inolvidable de una sensación experimentada por su madre. Melocoton y Regaliz quiere ser un espacio abierto a comentarios. Donde se puedan tratar temas interesantes para mí y para otros. Sinceramente me sentí bien ayer cuando lo cree y me sigo sintiendo bien al irlo creando... larga vida...melocotonyregaliz.
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